EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO EN LA FILOSOFIA ANTIGUA Y SUS PROBLEMAS

 


El problema del conocimiento queda establecido al dar respuesta a la pregunta fundamental ¿es posible al hombre conocer?

La respuesta implica un elemento independiente al tema principal y este elemento se establece al responder a la pregunta ¿bajo qué criterio se responde a la pregunta anterior?, este elemento nace implícito a la naturaleza misma de hombre y de sus capacidades cognitivas y se enlazan en un vinculo binomial con el ambiente en el que se encuentra inserto el hombre.

Pero nuestros sentidos con los que captamos al ambiente son diferentes, cinco canales de ingreso de las propiedades físicas del ambiente conforman nuestras sensaciones y ninguna de ellas es traducible entre si, no existen equivalencias visuales a táctiles, ni gustativas a auditivas, ni visuales a olfativas, captamos al mundo por partes, inconmensurables entre ellas, esto hace a nuestro conocimiento parcial, alejado de toda característica holista, para comprender al mundo y su complejidad, necesitamos fragmentar, descomponer el todo en sus parte sensibles, solo que al hacer esto nos es imposible volver a armar el todo, porque nuestros sentidos no poseen la capacidad de entender de forma simultanea al mundo en su expresión visual-táctil-auditiva-gustativa-olfatoria. 


Para integrar lo fragmentado de nuestra percepción necesitamos jerarquizarlo porque nuestro razonamiento lógico funciona así, entendemos las secuencias, habituación por efecto características del tiempo, y su expresión cíclica, por nuestro propio desarrollo aprendemos que muchas cosas cambian de dimensiones conforme el tiempo avanza y así la noción de categoría general nos es dada por acción de nuestra convivencia con el ambiente. Por lo que no conocemos el todo, simplemente porque no lo hemos percibido, la característica absoluta de las sensaciones impiden captar las amplias manifestaciones de los fenómenos físicos, captamos parcialidades, fragmentos en cinco formas distintas pero no podemos sumar las partes sin que extraviemos el todo. 

El criterio de la verdad se fundamentó por muchos siglos como una premisa fundamental de la experiencia sensorial, sin embargo la verdad al ser humana quedaba limitada a un aproximación al todo.



Es cierto que todo cocimiento que deviene de los sentidos por lo que es verdadero implícitamente, por lo tanto la verdad no tiene equivoco y la representación mental queda validada por la experiencia con el objeto, subdeterminada suele llamársele, por lo que no hay forma posible que su validez se demerite. Sin embargo la verdad que deviene por la sucesivas interacciones con el ambiente y los numerosos encuentros exitosos posee una alta garantía de ser la premisa inductiva de validación. No obstante esto solo se convierte en una conclusión parcial.



 

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